Versículos para creer en el Amor de Dios

Versículos para creer en el Amor de Dios

I. Uno de sus atributos 2ª Corintios 13:11 y 1ª Juan 4:8:

2Cor 13:11 Respecto a lo demás, hermanos, regocijaos. Sed maduros; sed confortados; sed de un mismo sentir. Vivid en paz, y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.

1Jn 4:8 El que no quiere no ha conocido a Dios, por el hecho de que Dios es amor.

Hablando de Pablo:

Si hubo alguien que pudo charlar y escribir sobre el amor de Dios, ese marchó Pablo.

Siendo éste uno de los perseguidores más feroz de la iglesia primitiva, ha tenido ocasión de conocer el amor de Dios en toda su esencia y fue convertido por este amor. En primera de Corintios capítulo 13 Pablo charla sobre la Preeminencia del amor.

Hablando de Juan:

Está diciendo la Escritura que Juan se recostaba al pecho de Jesús. ¡Qué espectacular podría ser para él poder escuchar cada palpitar de este corazón tan lleno de amor por los hombres! Así aprendió Juan sobre el amor de Dios. Le llamamos el apóstol del amor. Lo estamos viendo en sus epístolas, todo cuanto charla es amor. Comprendiendo Juan el inmenso amor de Dios, expresó en cierta ocasión:

«Porque de tal manera nos amó Dios que ha dado a su hijo unigénito con el fin de que cualquiera que en él piensa no se pierda más tenga la vida eterna.» Juan 3:16.

Hay muchísimas formas en que podemos describir el amor de Dios. Todavía en nuestra propia experiencia. Ahora, ¿cómo lo describe la Biblia?.

1. El amor de Dios es soberano

Deuteronomio 7:8:

Deut 7:8 Es por el hecho de que Jehovah os quiere y guarda el juramento que hizo a vuestros padres, que os ha sacado de Egipto con mano poderosa y os ha rescatado de la casa de esclavitud, de mano del faraón, rey de Egipto.

Dios es el dueño del amor. Cuando libertó al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, le hizo mirar con claridad que lo hizo por que él quiso libertarlos, por amor. Bien que el pueblo como tal, no lo merecía, lo libertó y nada más.

Cuando Jesús eligió a sus discípulos, le dijo:

«Ustedes no me eligieron a mí, o los elegí a ustedes»:

Juan 15:16 Vosotros no me elegisteis a mí; más bien, yo os elegí a vosotros, y os he puesto con el fin de que vayáis y llevéis fruto, y con el fin de que vuestro fruto permanezca; a fin de que todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre él os lo dé.

Él nos quiere por el hecho de que le place amarnos, ya que nosotros no merecemos este amor por nuestra desobediencia.

2. El amor de Dios grande

-Efesios 2:4:

Ef 2:4 Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó.

Por su gran amor nos dio vida juntamente con Cristo. Por gracia somos salvos, por el hecho de que a él le plació salvarnos. No por obras con el fin de que ninguna persona se gloríe.

3. El amor de Dios es incesante

Sofonías 3:17:

Sof 3:17 Jehovah tu Dios está en mitad de ti: ¡Es poderoso; él salvará! Con alegría se regocijará por causa de ti. Te renovará en su amor; por causa de ti se regocijará con cánticos.

El amor de Dios no se termina nunca. Él se derrama en misericordias por la humanidad. Está continuamente pendiente de toda la necesidad de sus hijos. Es un amor que permanece fiel, si bien nosotros seamos infieles. 2 Timoteo 2:13:

2Tim 2:13 Si somos infieles, él permanece fiel, por el hecho de que no puede negarse a sí mismo.

4. El amor de Dios es infalible

–Isaías 49:15-16:

Isa 49:15 ¿Acaso se olvidará la chica de su bebé, y dejará de compadecerse del hijo de su vientre? Si bien ellas se olviden, yo no me olvidaré de ti.

Isa 49:16 He aquí que en las palmas de mis manos te tengo grabada; tus murallas están continuamente delante de mí.

El amor de Dios se compara a una chica después del alumbramiento. Afirma que cuando nace la criatura, ella no se olvida de él, y pese a que la chica se olvide del hijo que dio a luz, Dios jamás se olvidará de sus hijos. El amor de Dios no mengua y mucho menos se desvanece con el tiempo.

5. El amor de Dios es inalienable

—-Romanos 8:39:

Rom 8:39 Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa realizada nos va a poder separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Pablo preguntó, «¿quién nos apartará del amor de Cristo?» Si bien el hombre esté sin cesar huyendo del amor de Dios, por más que corra no va a poder desaparecer de la comparecencia del Creador. Dios es amor, nos hizo por amor, derramó su amor al darnos a Jesucristo y no renunciará nunca a querer al hombre. Jesús comentó en cierta ocasión, «la oveja que está en su mano, ninguna persona la arrebatará de su mano.» Juan 10:28:

Juan 10:28 Yo les doy vida perpetua, y no perecerán nunca, y ninguna persona las arrebatará de mi mano.

6. El amor de Dios es obligante

-Oseas 11:4:

Ose 11:4 Con cuerdas humanas los atraje, con vínculos de amor. Fui para ellos como los que ponen un bebé en contra de sus mejillas, y me inclinaba hacia ellos para alimentarlos.

La Biblia afirma que Dios nos atrajo hacia él con cuerdas de amor. Nos ató a él, por amor y con amor. Eso nos obliga a nosotros a aceptarlo como nuestro Dios, si bien él no nos obligue a recibirlo. Eso es por amor.

7. El amor de Dios es sempiterno

Jeremías 31:3:

Jer 31:3 Jehovah me ha aparecido desde hace mucho tiempo, diciendo: Con amor sempiterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia.

Hay una enorme diferencia entre el amor de Dios y el amor del hombre. El amor de Dios jamás se marchita, el del hombre con cualquier situación que ocurra a su alrededor se apaga.

Hay muchísimos grupos hacia los que se manifiesta el amor de Dios. Veamos algunos de ellos de acuerdo a las Escrituras:

1. El amor de Dios se manifiesta hacía los miserables pecadores–Juan 3:16:

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, con el fin de que cualquiera que en él piensa no se pierda, mas tenga vida eterna.»

¿Cuán grande puede ser el amor de Dios? De tal manera, no tiene medidas, simplemente dio a su unigénito hijo por los pecadores.

El amor de Dios se manifiesta hacia sus santos–Juan 16:27, 17:23:
Juan 16:27 Pues el Padre mismo os quiere, por el hecho de que vosotros me habéis amado y habéis creído que yo he salido de la comparecencia de Dios.

Juan 17:23 Yo en ellos y tú mismo en mí, con el fin de que sean perfectamente unidos; con el fin de que el mundo conozca que tú mismo me has enviado y que los has amado, como también a mí me has amado.

Jesús le charla a sus discípulos y les afirma que el Padre los quiere a ellos, por el hecho de que ellos le han amado a él. En la oración intercesora de Jesucristo en el capítulo 17 de Juan, Jesús le pide al Padre que ame a sus santos como lo amó a él.

El amor de Dios se manifiesta en los desvalidos—-Deuteronomio 10:18:
Deut 10:18 Él hace justicia al huérfano y a la viuda, y también quiere al extranjero y le da pan y vestido.

Una de las cosas, que Dios le pide a su pueblo es que haga justicia a los desvalidos.

Stg 1:27 La religión pura e incontaminada delante de Dios y Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción, y guardarse sin mancha del mundo.

En Santiago capitulo 1:27, aclara el apóstol lo que implica llamarse religiosos en este mundo. Hay que visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones. En otras palabras atender la necesidad de aquellos que vienen a nosotros buscando ayuda, como Dios lo hace con nosotros mismos, cuando vamos a él con alguna necesidad.

Hay varias maneras en que estamos viendo declarado el amor de Dios. A continuación veremos algunas de ellas.

1. El amor de Dios es declarado en la entrega de Cristo–Juan 3:16:

Juan 3:16 Por el hecho de que de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, con el fin de que cualquiera que en él piensa no se pierda, mas tenga vida sempiterna.

No habiendo un hombre justo sobre la tierra que pudiese interceder por los otros delante del Padre, éste envió a su hijo Jesucristo el que se entregó igualmente para darnos la salvación.

El amor de Dios se manifiesta al hombre en la elección–Mal.1:2,3 y Rom.9:11-13:
Mal 1:2 «Yo os he amado», ha dicho Jehovah. «Pero vosotros decís: ‘¿En qué nos has amado?’ ¿Acaso Esaú no era hermano de Jacob?, está diciendo Jehovah. No obstante, yo amé a Jacob

Mal 1:3 y aborrecí a Esaú; convertí sus montes en desolación y di su posesión a los chacales del desierto.»

Rom 9:11 Y si bien aún no habían nacido sus hijos ni habían hecho bien o mal –con el fin de que el propósito de Dios dependiese de su elección,

Rom 9:12 no de las obras sino del que llama–, a ella se le dijo: «El mayor servirá al menor»,

Rom 9:13 como está escrito: A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.

Entre toda la gente del mundo a Dios le plació escogernos a nosotros para servirle. La Palabra afirma que de lo más vil y bajo del mundo eligió Dios para avergonzar a los sabios. Habiendo tanta gente considerablemente importante ante la sociedad, nosotros hemos sido los privilegiados en el Señor de poder proclamar las buenas de salvación. Tal vez gente que no tiene mucho estudio secular, pero si un deseo grande de servir al Señor y hacer su voluntad.

El amor de Dios es declarado al hombre en la adopción—1ª Juan 3:1:
1Jn 3:1 Mirad cuán grande amor nos ha dado el Padre con el fin de que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por eso el mundo no nos conoce, por el hecho de que no le conoció a él.

Por su amor Dios nos ha hecho hijos suyos:

«A todos los que le recibieron a los que piensan en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1:12).

Y si somos hijos también coherederos juntamente con Cristo. Ya no somos hijos bastardos, sino que también tenemos el apellido de Cristo, «hijos de Dios». Gloria a Dios por eso.

El amor de Dios es declarado en la redención–Isa. 43:3,4; 63:9:
Isa 43:3 Por el hecho de que yo soy Jehovah tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. A Egipto he entregado por tu rescate; a Etiopía y a Seba he dado por ti.

Isa 43:4 Ya que ante mis ojos tú mismo eres de gran estima, y eres honorable, y yo te quiero, daré hombres por ti, y pueblos por tu vida.

Isa 63:9 En toda la angustia de ellos, él fue angustiado; y el ángel de su Comparecencia los salvó. En su amor y también en su compasión los redimió. Los alzó y los llevó a diario de la antigüedad.

Por medio de Jesucristo Dios nos libertó de la esclavitud del pecado y eso a precio de la sangre que fue derramada en la Cruz del Calvario. Eso nos muestra que no hay otra forma eficiente de acercarnos a Dios. 1ª Juan. 2:2:

1Jn 2:2 Él es la expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

Hebreos 9:11-12:

Heb 9:11 Pero estando ya presente Cristo, el sumo sacerdote de los bienes que han venido, mediantel más vasto y idóneo tabernáculo no hecho de manos, esto es, no de esta creación,

Heb 9:12 entró una vez para siempre y en todo momento en el lugar santísimo, logrando así perpetua redención, ya no a través de sangre de machos cabríos ni de becerros, sino a través de su propia sangre.

El amor de Dios es declarado en lo gratis de la salvación–Tito 3:4-7:
Tito 3:4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor por los hombres,

Tito 3:5 él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino conforme su misericordia; a través del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo,

Tito 3:6 que él derramó sobre nosotros abundantemente mediante Jesucristo nuestro Salvador.

Tito 3:7 Y eso, con el fin de que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos de acuerdo a la esperanza de la vida perpetua.

Muchísimos están pensando que hay que hacer grandes obras para ser salvos. En Efesios 2:8-9 el apóstol Pablo nos está diciendo que la salvación es de balde, no es por obras con el fin de que ninguna persona se gloríe. Somos salvos por que a Dios le plació salvarnos y nada más. Gloria a Dios por esto.

Ef 2:8: Por el hecho de que por gracia sois salvos por la fe; y eso no de vosotros, pues es don de Dios:

Ef 2:9: No por obras, con el fin de que absolutamente nadie se gloríe.

El amor de Dios es declarado en el perdón de los pecados–Isa.38:17:
Isa 38:17 He aquí, fue por mi bien que he tenido gran amargura, pero tú mismo libraste mi vida del hoyo de la destrucción, pues has echado tras tus espaldas todos mis pecados.

Dios perdona los pecados y sana al enfermo como hizo con Ezequías en este pasaje.

El amor de Dios es declarado en el vivificar de las almas–Efesios 2:4-5:
Ef 2:4 Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó,

Ef 2:5 todavía estando nosotros muertos en actos delictivos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos!

El pecado trajo la muerte espiritual al hombre. Cuando recibimos a Cristo como salvador, el alma es nuevamente vivificada. Ezequiel 37 charla sobre el valle de los huesos secos y está diciendo que cuando el espíritu vino sobre ellos cobraron vida.

Algo más sobre el amor de Dios:

El amor de Dios también ha sido difundido en nuestras vidas por el Espíritu Santos. Romanos 5:5:

Rom 5:5 Y la esperanza no acarrea vergüenza, por el hecho de que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.

Es por esto que el fruto del Espíritu empieza con el amor. Debemos entonces nosotros querer a los otros. La Palabra de Dios nos amonesta a permanecer en este amor. Judas 21:

Judas 1:21 Conservaos en el amor de Dios, aguardando con esperanza la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida sempiterna.

También está diciendo Jesús en Juan 15:9 «permaneced en mi amor»:

Juan 15:9 Como el Padre me amó, también yo os he amado; permaneced en mi amor.

Afirma en Juan 15:12 «Que su mandamiento, es: Que nos amemos los unos a los demás, como él nos ha amado.»

Juan 15:12 Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los demás, como yo os he amado.

El amor de Dios se perfecciona en los santos mediante la obediencia (1ªJuan. 2:5):

1Jn 2:5 Pero en el que guarda su palabra, en éste realmente el amor de Dios ha sido perfeccionado. Por eso sabemos que estamos en él.

Solo guardando la Palabra de Dios, permanecemos en su amor. Un hijo que no obedece a su padre, no puede decir que lo quiere. Un creyente que no obedece a Dios no puede decir que lo quiere. Jesús comentó en Juan 15:14:

«Vosotros sois mis colegas, si hacéis lo que yo os mando.»

El salmista contó, en el Salmo 40:8:

«El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en mitad de mi corazón.»

En el Salmo 143:10 dice:

«Enséñame a hacer tu voluntad, por el hecho de que tú mismo eres mi Dios…»

Estos versos nos prueban un amor que fue perfeccionado en el corazón de estos hombres, los que anhelaban hacer la voluntad de Dios.

Cada creyente debe orar al Señor con el fin de que el amor de Dios se perfeccione en ellos.

Con este amor se nos hace posible querer todavía a nuestros enemigos y cumplir con lo que expresó Jesús en Mateo 5:44:

«Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por lo que os ultrajan y os persiguen…»

Así es como se perfecciona el amor de Dios en nosotros, cuando ponemos nuestra vida por los otros.

Con todo, si Dios nos ha amado de tal manera. ¿Qué debería hacer el hombre ante tanto amor? Reconocerse pecador y venir a los pies de Jesucristo por agradecimiento a Dios por su amor.


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